lunes, 7 de mayo de 2012

Mi cuento de Londres

Por suerte para mí la ciudad de Londres está muy presente en mi vida, y es por ello que voy a visitarla siempre que puedo. A pesar de las tres veces que he tenido el gusto de visitarla he de decir que aun que me queda mucho por descubrir y que es una ciudad que no cansa.

Nunca olvidare la primera vez que estuve en Londres. La estación de autobuses esta situada en London Bridge justo en el centro de la ciudad, pero no me alojaba allí. La primera zona que conocí de Londres era la zona norte de la ciudad, un barrio bastante bohemio donde los domingos por la mañana, las flores coloreaban el barrio con su mercadillo, de flores impresionantes y de todos los rincones, acompañadas de música callejera tipo jazz, puestos de café y de antigüedades.

Las cafeterías más comunes de esta zona, son de este aire bohemio del que os hablo, muy british: Muebles antiguos, variedades de tés, bollería suculenta, libros con fin de darle un aire intelectual… Pero cabe mencionar que en lo que se refiere a gastronomía, la oferta no es muy variada ni atractiva. Sus platos más típicos son El roast beef, fish & chips... En todas las calles puedes encontrar un sitio donde comer, aunque me dio la sensación de que la ciudad cuenta con más restaurantes especializados en comidas de otros países que la suya propia. Sus calles huelen a comida.

La zona céntrica de Londres me hizo viajar en el tiempo debido a sus maravillosos edificios que mantienen su fachada exterior tal y como estaban originalmente, renovándolos muy sutilmente, dando así a las calles un aire de cuento clásico. En esta zona encontré el Trafalgar Square, donde se pueden realizar diferentes compras y actividades nocturnas.

El Big ben, que me lleno de magia al hacerme recordar la maravillosa novela de Peter Pan, sin olvidar el London Eye que se ve perfectamente desde el puente que cruza el Támesis que esta muy cerca. Uno no puede estar en esta zona sin visitar la abadía de Wesminter, me impresiono su fachada.

El Soho donde vi una enorme diversidad de gentes en cuanto a estilo y etnia, las calles tienen diferentes pubs y bares, así como clubes nocturnos.

Piccadilly Circus que es la zona más animada y luminosa de la ciudad (o eso me pareció a mi) debido a sus grandes carteles publicitando diferentes obras teatrales u espectáculos, zona de cines, tiendas..

Pero el lugar que terminó por de declarar mi amor hacia Londres fue Hyde Park el que recorrí con tranquilidad y admiración contemplando hasta el último detalle: Los maravillosos árboles y el color otoñal de sus hojas que hacían un increíble contraste con el paisaje, los diferentes animales que habían así como aves varias patos, gansos cisnes las divertidas ardillas que se dejan perseguir y las preciosas casetas que rodeaban Serpentine, para luego acabar en la impresionante zona de Buckinham Palace que hasta casi consiguió enorgullecerme de una patria que no era la mía.

En resumidas cuentas, Londres es una ciudad de gran diversidad por su alto nivel musical, estilos personales llevados cada uno al extremo, diferentes culturas...

Es la ciudad de la niebla, de lo oscuro, lo tétrico de Edgar Allan Poe, lo muy rico y lo muy pobre, lo vanguardista y lo clásico, Londres lo es casi todo.

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